Compartimos 10 Curiosidades sobre el Nobel de Literatura 1982 Gabriel García Márquez que podrían no conocer.
1.
En el colegio, a uno de los hijos de García Márquez le hicieron un cuestionario en clase de inglés en el cuál le preguntaban: ¿Cuál es el símbolo del gallo en "El coronel no tiene quien le escriba" de García Márquez? El hijo respondió: "De acuerdo con conversaciones que yo he tenido con el autor, el gallo no es sino un gallo". El hijo perdió el exámen. García Márquez preguntó al profesor por la razón de haber rajado al hijo, y éste le respondió que creía que el joven se estaba burlando de él, y que hasta entonces, no sabía que era el hijo de García Márquez.
2.
Entre 1955 y 1956, García Márquez vivió en París en el Hotel de Flandre del matrimonio Lacroix. Al quedarse sin dinero le dijo a los dueños que no podía pagarle y esta le dejó ubicarse en la buhardilla. Allí escribió "El coronel no tiene quien le escriba". Años después al regresar a París buscó a la pareja Lacroix, pero ya no vivía en el Hotel de Flandre, Fue a visitar a su entonces amigo Mario Vargas Llosa que se hospedaba en el Hotel Wetter, y se encontró con que los Lacroix eran los administradores de este hotel. Entonces Vargas Llosa le cuenta que en 1960 pasó por algunas dificultades económicas y que el matrimonio Lacroix le permitió quedarse en la buhardilla, donde escribió "La ciudad y los perros".
3.
El rigor de García Márquez al escribir era tal, que si cometía un error ortográfico sacaba la hoja de la máquina de escribir y la arrojaba al canasto de la basura, para volver a escribirla de nuevo. Cuenta que en ocasiones llegó a utilizar hasta 500 hojas para escribir un cuento de 20. Señalaba que por algún tiempo creía que los errores de ortografía eran errores de creación.
4.
En julio de 1955 el poeta Jorge Gaitán Durán visita a García Márquez y le pide que le de algo para publicar en la revista Mito. Gabo acababa de hacer una purga de papeles y varios escritos suyos se encontraban en la caneca de la basura. Gaitán Durán buscó ahí, y recuperó un texto que le pareció muy publicable, un capítulo que García Márquez había desechado de su novela "La hojarasca" que se titularía posteriormente "Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo", uno de los cuentos más aclamados del autor. García Márquez comentó sobre este hecho: "Esa experiencia no me sirvió para no seguir rompiendo los originales que no me parecen publicables, sino que me enseñó que es necesario romperlos de tal modo que no se puedan remendar nunca".
5.
En la primavera de 1957, mientras paseaba por París, García Márquez reconoce a Ernest Hemingway (uno de sus ídolos literarios), caminando con su esposa, Mary Welsh, por el bulevar Saint Michel. Escribió Gabo sobre dicho encuentro: "Por una fracción de segundo -como me ha ocurrido siempreme encontré dividido entre mis dos oficios rivales. No sabía si hacerle una entrevista de Prensa o sólo atravesar la avenida para expresarle mi admiración sin reservas. Para ambos propósitos, sin embargo, había el mismo inconveniente grande: yo hablaba desde entonces el mismo inglés rudimentario que seguí hablando siempre, y no estaba muy seguro de su español de torero. De modo que no hice ninguna de las dos cosas que hubieran podido estropear aquel instante. sino que me puse las manos en bocina, como Tarzán en la selva, y grité de una acera a la otra: «Maeeeestro». Ernest Hemingway comprendió que no podía haber otro maestro entre la muchedumbre de estudiantes, y se volvió con la mano en alto, y me gritó en castellano con una voz un tanto pueril: «Adioooos, amigo». Fue la única vez que lo vi."
6.
Cuenta Gabriel García Márquez que llegó a México el 2 de julio de 1961, el mismo día que Ernest Hemingway se había suicidado dándose un disparo con una escopeta, y que por entonces no había leído nada de Juan Rulfo. Entonces, un día, "Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa con un paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa: ''Lea esa vaina, carajo, para que aprenda''; era Pedro Páramo. Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura; nunca, desde la noche tremenda en que leí "La metamorfosis" de Kafka, en una lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá, casi 10 años atrás, había sufrido una conmoción semejante. Al día siguiente leí El llano en llamas y el asombro permaneció intacto".
7.
Contaba García Márquez una anécdota sobre el poder de la palabra: "A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: «¡Cuidado!». El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: «¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?» Ese día lo supe.
8.
García Márquez solía pensar durante muchos años sus historias antes de escribirlas. Cuenta que tuvo la idea de "Cien años de soledad" en calentamiento durante unos 17 años. Un día, a mediados de 1965, mientas viajaba con su familia de vacaciones hacia Acapulco tuvo una 'iluminación': “Iba yo manejando mi Opel, pensando obsesivamente en ‘Cien años de soledad’, cuando de pronto tuve la revelación: debía contar historias como mi abuela me contaba las suyas, partiendo de aquella tarde en que el niño es llevado por su padre a conocer el hielo”. Entonces inició con la escritura de su gran obra maestra, que tardaría 18 meses en terminar.
9.
A principios de agosto de 1966, García Márquez y su esposa Mercedes van a una oficina de correo de Ciudad de México para enviar a Buenos Aires el manuscrito de "Cien años de soledad", un paquete de 590 páginas. El empleado de la oficina pesó el paquete y dijo: "Son 82 pesos". Mercedes contó el dinero que llevaba y le dijo a Gabo: "Sólo tenemos 53". Abrieron el paquete y comenzaron a sacar hojas para enviar las que alcanzaran con el dinero. Al rato cayeron en cuenta, que por error, habían enviado la última parte de la novela. Días después el editor desde Argentina, emocionado con lo que había leído, le envió el dinero a García Márquez para que le enviara el inicio de la novela.
10.
Cuando iba a recibir el Nobel de Literatura en 1982, cuenta García Márquez que la Academia Sueca le pedía que se presentará a recibir el premio vestido de Frac. Sin embargo, para Gabo este tipo de traje era de mala suerte porque según afirmaba: "la única vez que he visto a alguien de frac era un muerto". Los miembros de la Academia Sueca permitía a los autores presentarse al premio con el traje típico de su país, y entonces García Márquez tuvo que convencerlos de que la Guayabera era un traje típico del Caribe. Finalmente se presentó vestido de Guayabera a la recepción del Premio.
Una corrección, el traje que uso Gabriel García Márquez se llama liqui liqui, es un traje de algodón típico del Caribe. La guayabera es un tipo de camisa más informal.
ResponderEliminarLiquilili creo
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComo por el autor? Garcia Marquez, está vivo? si entre los que amamos su literatura. ! genio
EliminarComo por el autor? Garcia Marquez, está vivo? si entre los que amamos su literatura. ! genio
EliminarEl comentario de Alejandra es cierto, la guayabera es un tipo de camisa que se lleva por fuera del pantalón porque tiene dos bolsillos en la parte inferior y dos en la superior. El traje que usó García Marquez es un liqui-liqui que en mi conocimiento se usa en Venezuela y en Colombia principalmente.
ResponderEliminarPregunto: existe foto de Gabriel García Márquez de ese momento?
EliminarPregunto: existe foto de Gabriel García Márquez de ese momento?
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